Horco Quebracho Orco Quebracho Quebracho Colorado Santiagüeño Schinopsis Marginata Schinopsis Lorentzii

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Foto 1 de
Estas brotes tiernos de Horco Quebracho parecen barnizados con un esmalte brilloso, como laca para madera.

De un color morado intenso nacen. Y del mismo color mueren.
El sendero se abre paso, por entre una apretada maraña de monte serrano virgen como hasta ahora nunca había visto.
La ciudad de Córdoba, vista desde lo alto de un cerro de la Reserva, que se ve como una gran mancha gris en el horizonte.
Por entre los troncos de estos Orcos Quebrachos, se abre un claro en el monte, y detrás, a lo lejos, Córdoba, aún ajena a tanta belleza.

Horco Quebracho

El príncipe de los cerros

Schinopsis lorentzii

Anacardiáceas

Imponente, majestuoso, inmenso, coronando las cimas de los cerros, el Horco Quebracho es un árbol que, con su altura y tamaño, impone imperio y respeto. Ramificando a partir de los dos metros, no se deja hollar por la mano vil.

Otros lo llaman Quebracho Colorado, no sé si por el color rojizo con el que brota su follaje en Primavera, o por el color de su madera, rica en tanino. Acaso por ambas cosas. Yo prefiero llamarlo Horco Quebracho, que significa "Quebracho del Cerro", ya que me parece que representa mejor su personalidad. "Horco" es el vocablo Quechua "Urkku", que significa "cerro", castellanizado. El uso vulgar y corriente lo fue distorsionando con el tiempo, hasta terminar en Horco, que puede escribirse con y sin "h", más fácil de pronunciar que "Urkku". Y Quebracho es una palabra compuesta, que viene de la fusión de "Quiebra Hacho", es decir, que quiebra el hacha, ya que en el castellano antiguo, hacha se decía hacho, debido a que, de duro y recio, las partía. Esto que digo no lo sé por cierto, pero estimo que algo de verdad debe de tener, y es que sospecho que este árbol de Córdoba recibe su nombre de Horco Quebracho, Quebracho del Cerro, por su semejanza con el Quebracho Blanco (Aspidosperma quebracho), que suele preferir las llanuras. Vistos de lejos, se parecen bastante, en la altura, el tamaño, el porte, el follaje, el tronco único, recto y ramificado lejos del suelo, el fuste enhiesto y erguido, la corteza rugosa, leñosa y hendida verticalmente. Sólo se diferencian a la distancia en el ramaje: el Horco lo tiene pronunciadamente ascendente, naciendo las dos ramas principales en horquilla casi invariablemente, en tanto que el Blanco tiene el follaje laxo, caído, como cabellos mojados, a emulación de un Sauce llorón. Así, para diferenciarlo del Quebracho Blanco, propio de los llanos, quizás lo llamaron Quebracho del Cerro, porque ahí es donde está a gusto y abunda. Repito, es una conjetura mía, pero seguramente es la explicación más verosímil. Tanto más cuanto que vemos lo mismo en el Maytén (Maytenus boaria), a quien también se lo conoce como Horco Molle, acaso por el parecido de sus hojas con las de un Molle.

El Horco Quebracho es un árbol nativo de Córdoba que actualmente se encuentra amenazado y en riesgo de desaparecer de nuestra provincia. Hoy, los únicos lugares donde se lo encuentra en abundancia es en la Reserva Natural Militar la Calera y a los pies del cerro Uritorco, en Capilla del Monte.

La Reserva Natural Militar la Calera, ubicada en los campos del Tercer Cuerpo de Ejército, fue creada recientemente para protegerlo, mediante un convenio entre el Ejército Argentino y la Administración de Parques Nacionales. Con sus 14.000 hectáreas de sierra virgen, es uno de los últimos bastiones inexpugnados de este árbol tan vulnerable. Hay algo que quiero decir, porque me maravilla y anhelo que se sepa. Resulta increíble que, con estar tan cerca de la ciudad de Córdoba y de grandes centros urbanos como la Calera, Dumesnil y Diquecito, entre otras localidades, tamaña extensión de tierra haya permanecido inalterada y tan bien conservada por tanto tiempo. ¿Cómo es que los Horco Quebrachos aún medran aquí, cubriendo en espesos montes los cerros y las sierras, pese a la cercanía con zonas tan densamente urbanizadas, cuando en otros lugares fueron arrasados y han desaparecido? ¿Cómo es que en pleno territorio de la Calera, así llamada porque fue y es zona de canteras de cal, donde hubo multitud de hornos de cal, estos Horcos se salvaron de acabar como leña? ¿Qué mejor combustible para alimentar la abominable voracidad de aquellos hornos? Yo lo reputo a que estos terrenos pertenecen al Ejército Argentino, y durante muchos años funcionaron como lugar para ejercicios militares de tiros y explosivos, estando el paso prohibido a todo civil, de modo que sin quererlo frenaron el deterioro. ¿Quién habría tan necio que entrase en zona militar vedada, a riesgo de ser detenido? Y así, hoy tenemos una isla inmensa de puro monte nativo virgen, a minutos de la ciudad de Córdoba, donde el tiempo pareciera haberse detenido. Lástima que los cordobeses ignoren por completo este reservorio único de sierras... A mí me gusta andar a la deriva, por un sendero serrano cualquiera de la Reserva, por entre estos inmensos Horco Quebrachos. Me gusta ver, cubiertas de enredaderas y musgos, ruinadas, las trincheras y baterías donde se realizaban tiros y explosivos. Lejos, la ciudad de Córdoba es una inmensa mancha gris.

Antes de seguir con nuestro Horco Quebracho, quiero dejar en claro un punto que suele ser causa de confusión, y es que la especie comparte el nombre vulgar, Quebracho Colorado, con otra especie hermana. El que nos ocupa aquí es el conocido como Quebracho Colorado Santiagüeño, en tanto que el otro es el Chaqueño, cuyo nombre científico es Schinopsis balansae. Si bien ambos pertenecen a la misma familia, Anacardiaceae, y de allí su parecido, se trata de dos especies distintas. Más adelante veremos sus diferencias.

El Tronco

A diferencia de muchos otros árboles y arbustos nativos de Córdoba, cuyos troncos ramifican abundantemente cerca del suelo y horizontalmente, con ramaje torcido y caprichoso, el Horco Quebracho tiene un solo tronco, cuyo fuste es perfectamente recto, enhiesto, erguido, ramificando bien alto y verticalmente, no menos de dos metros del suelo en los ejemplares añosos. Siempre que he querido fotografiarlo, he pasado trabajo para llegar a las primeras ramas y poder así documentar las hojas y las flores. Sólo he alcanzado en ejemplares jóvenes.

Volviendo a nuestro asunto, digo que el tronco único, sin ramas en la base, con su fuste derecho y vertical, otorga un aspecto prolijo y limpio al árbol. Me gusta verlo en las cimas de los cerros, en donde, contra el cielo azul, se recorta, inconfundible, su silueta esbelta, desnuda y alta.

En los ejemplares longevos, el tronco puede alcanzar un metro de diámetro. La corteza nueva es cenicienta y lisa, en tanto que la vieja, rugosa, leñosa, hendida y negruzca.

El Follaje

Las ramas son pronunciadamente ascendentes, y crecen casi verticalmente, hacia arriba, en vez de crecer horizontalmente, como muchos otros árboles. Donde termina el fuste principal del tronco, casi invariablemente, la ramazón se divide, en lo que se dijera una horquilla perfecta, en dos ramas principales. El follaje, caduco, no es denso y espeso, bien por el contrario, deja pasar el sol, brindando una sombra difusa, no obstante fresca y apacible, que consiente crecer abajo otras plantas.

La copa, debido a la manera en que crecen las ramas, semeja la forma de un triángulo invertido, y alcanza hasta 15 metros y más de altura.

El árbol es inerme (no posee espinas), en tanto que el Quebracho Colorado Chaqueño las posee recias y fuertes.

La Hoja

La hoja del Horco Quebracho, de diez a quince cm. de longitud, es compuesta imparipinnada o raramente paripinnada, y los foliolos, se disponen opuestos a lo largo del raquis. Posee numerosos foliolos, sésiles, enteros, elípticos, de dos a tres cm. de longitud por uno y medio de ancho, y de color verde claro, más oscuro por su cara ventral. En el Quebracho Colorado Chaqueño, por el contrario, las hojas son simples, alternas, apenas pecioladas, agudoelípticas, de seis cm. de largo por uno y medio de ancho, y de color verde claro ambas caras.

Cuando los primeros días de la primavera llegan, y los días empiezan a ser más largos, las hojas del Horco Quebracho brotan tintas de un rojo intenso, y la epidermis, tierna y brillosa, parece de plástico. En las faldas y cimas de los cerros campea, como manchas coloradas, que alternan en el monte serrano.

La Flor

La especie es Diclino-Dioica. Las flores contrastan con el porte general del árbol, porque son diminutas. Son de color blancoverdosas. Presentan largos pedúnculos, y se agrupan en panojas axilares de seis a doce cm.

El Fruto

Los frutos del Horco Quebracho son sámaras (semillas aladas) de dos cm. de largo y semileñosas en la madurez. De color rojo intenso y oscuro, decoran la copa cuando maduros.

Usos

El Quebracho Colorado tiene muchos y diversos usos, lo que ha sido causa de que sea tan escaso hoy y se encuentre amenazado, sufriendo el mismo destino aciago que el Quebracho Blanco, con cuya madera de calidad suprema se produce carbón.

La madera del Horco Quebracho, roja, compacta, imputrescible y de dureza sin par (de allí el nombre Quebracho, "Quiebra Hacha"), se emplea en construcciones a la intemperie, como puentes, vigas, columnas, pilones, durmientes, postes, varillas y como leña fuerte. Su madera es de tal calidad, que es conocimiento público que, lejos de deteriorarse, se endurece aún más sumergida en el agua.

También se lo utiliza como curtiente, para lo cual se usa el aserrín de la madera o el extracto de tanino directamente. La especie chaqueña contiene arriba de 30% de tanino, en tanto que la de Santiago, 15 a 20%.


Es una mañana azul. Una mañana clara y luminosa. Camino a paso ligero. El aire está fresco y oloroso a sierra mojada.

A veces hablo solo. A veces canto.

A mitad de camino, las encuentro. Ahí están... ¡Qué grises los muros de piedra!

Ahí están, las ruinas de un antiguo horno de cal, en cuyas horribles bóvedas de ladrillo, aún renegridas de hollín y humo, ardieron antaño los Horco Quebracho, como en un horrendo genocidio.

La boca del horno, oscura y abierta, me devora.

Dentro, el aire es espeso, húmedo, y huele a orín. Flota una energía siniestra. Siento una presencia, escondida, allá, en el triste rincón oscuro.

Yo miro los muros polvorientos de ceniza, las vigas roídas de herrumbre. Hay escombros y cacharros desfondados.

Vuelvo a mi camino, sin mirar atrás.

Sólo oigo, en la blanca arena, de mis pasos los crujidos.

Ya no canto.

Horco Quebracho

Estas brotes tiernos de Horco Quebracho parecen barnizados con un esmalte brilloso, como laca para madera.

De un color morado intenso nacen. Y del mismo color mueren.



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