Cada vez que compramos una bolsa de carbón, ¿pensamos con qué se produce y de dónde viene?
Cuando compramos ladrillos, ¿pensamos con la leña de qué árbol se cocieron en los hornos?
Cuando alquilamos la cabaña en las sierras, ¿pensamos de dónde salieron los troncos con los que está construida?
Un árbol hermoso como el Quebracho Blanco tiene que caer para producir carbón, ladrillos y cabañas. Y lo peor, nadie lo sabe.