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Ya maduros, los frutos del Alvarillo caen y quedan a sus pies, como ofrenda a los muchos animales que los devoran con avidez.

¡Qué manjar para zorros, comadrejas y lagartos overos!

Ya maduros, los frutos del Alvarillo caen y quedan a sus pies, como ofrenda a los muchos animales que los devoran con avidez.

¡Qué manjar para zorros, comadrejas y lagartos overos!

Aquí observamos el fruto aún verde del Alvarillo, de cuya semejanza con el Damasco, este afable arbolito de Córdoba hereda su nombre.

Aquí observamos el fruto aún verde del Alvarillo, de cuya semejanza con el Damasco, este afable arbolito de Córdoba hereda su nombre.

Desnudas están estas ramas, pero ya asoman los primeros brotes. El invierno con sus heladas ha sido largo y duro, pero con la mansa tibieza de las tardes de Noviembre, renace con una fuerza nueva este infante Alvarillo, alto como un niño de 4 años.</p>

<p>En las ramas deshojadas, ¡con qué fuerza emergen las hojas verdecidas!</p>

Desnudas están estas ramas, pero ya asoman los primeros brotes. El invierno con sus heladas ha sido largo y duro, pero con la mansa tibieza de las tardes de Noviembre, renace con una fuerza nueva este infante Alvarillo, alto como un niño de 4 años.

En las ramas deshojadas, ¡con qué fuerza emergen las hojas verdecidas!

Es Enero, y ha llovido.

El Alvarillo se estira, buscando la luz, y crece aceleradamente, aprovechando las condiciones favorables.

Es Enero, y ha llovido.

El Alvarillo se estira, buscando la luz, y crece aceleradamente, aprovechando las condiciones favorables.

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