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Con su altura y tamaño, las copas de los Horcos Quebracho tejen una bóveda verde, por entre la que se filtra el sol del mediodía. 

Me gusta caminar por bajo estas copas, con la mirada alzada al cielo.

Con su altura y tamaño, las copas de los Horcos Quebracho tejen una bóveda verde, por entre la que se filtra el sol del mediodía.

Me gusta caminar por bajo estas copas, con la mirada alzada al cielo.

Estas hojas acaban de alcanza su madurez, y se solazan, llenas de lozana vitalidad, en el tardío sol de verano. 
La hoja del Horco Quebracho es monopinada, como se observa en la fotografía, porque cada foliolo es simple (una sola lámina) y es imparipinada, porque termina con un solo foliolo. ¿Lo ves en la punta de la hoja?

Estas hojas acaban de alcanza su madurez, y se solazan, llenas de lozana vitalidad, en el tardío sol de verano.

La hoja del Horco Quebracho es monopinada, como se observa en la fotografía, porque cada foliolo es simple (una sola lámina) y es imparipinada, porque termina con un solo foliolo. ¿Lo ves en la punta de la hoja?

Enhiesto, recto, erguido, alzado hacia el cielo, este tronco sube y sube. La celosía de hojas y de ramas filtra la luz. Se oye un blando ruido del viendo en las hojas verdecidas. 

Cuando lo toco, el tronco es recio, soberbio, altivo, y la corteza, áspera, rugosa. 

Lo abrazo, y me siento pequeño y frágil, como cuando, de niño, me abrazaba a las piernas de mi papá y lo veía inmenso, inalcanzable, como si fuese un gigante.

Enhiesto, recto, erguido, alzado hacia el cielo, este tronco sube y sube. La celosía de hojas y de ramas filtra la luz. Se oye un blando ruido del viento en las hojas verdecidas.

Cuando lo toco, el tronco es recio, soberbio, altivo, y la corteza, áspera, rugosa.

Lo abrazo, y me siento pequeño y frágil, como cuando, de niño, me abrazaba a las piernas de mi papá y lo veía inmenso, inalcanzable, como si fuese un gigante.

Como centinelas en una atalaya, estos soberbios Horco Quebracho otean el paisaje, que se dilata a sus pies. 

Cual columnas de un antiguo templo pagano, se erigen, sosteniendo azules celajes, bordados de blancas nubes pasajeras.

Como centinelas en una atalaya, estos soberbios Horco Quebracho otean el paisaje, que se dilata a sus pies.

Cual columnas de un antiguo templo pagano, se erigen, sosteniendo azules celajes, bordados de blancas nubes pasajeras.

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